“Me llamo Fátima, y soy alcohólica”, esa era la frase mas utilizada en mis reuniones de alcohólicos anónimos, nunca sabré como llegue a serlo pero de verdad que caí en el alcoholismo mas absoluto, empecé como casi todos, bebiendo los fines de semana, luego empecé a salir los jueves, algún martes esporádico, los miércoles entraba al cine con cerveza, un día me desperté y no sabia ni que día era, solo tenia una necesidad, una copa, a mi lado un chico que no conocía de nada, fue muy duro y rompí a llorar, me vestí con lo primero que vi. y fui directamente a una asociación de alcohólicos anónimos. Llevaba tres meses sobria cuando conocí a Bruno, era el típico machito que se vanagloriaba de serlo y se dedicaba a emborrachar tías para liarse con ellas, en el fondo era un tipo inseguro de si mismo, con la necesidad de autoafirmarse continuamente, no se que vio en mí, supongo que le extraño mi rechazo a tomar alcohol, yo en el fondo vi un ser vulnerable bastante falto de cariño, le quise mucho, la verdad y he de reconocer que cuando lo dejamos se había convertido en mejor persona, aunque me costó bastante, a veces parecía su madre, je je je, el motivo de nuestra ruptura, ambos queríamos cosas bastante diferentes, pero le sigo queriendo un montón, creo qu ha vuelto a retomar la carrera en serio.
Y aquí me tenéis ahora, soltera y con la responsabilidad de ser tutora de una chica alcohólica, Gema, es la primera vez que soy tutora de alguien y tanta responsabilidad me gusta y aterra por partes iguales, mas aun cuando esta tan cerca el fin de semana rural de tutores y tutelados en el pantano, solo espero no cagarla..
5 comentarios:
El tema del alcoholismo es algo terrible.
Me costó mucho entender que se trata de enfermos de verdad y dejar de verlo sin que me produjese una arcada en lo alto del estómago ha sido un trabajo duro para poder entender un caso que afecta de lleno a al menos dos personas que vuelan cerca de mi.
Lo mas terrible es el surco tan profundo que dejan en la gente que está al lado, y todos deben hacerse una piña para aforntar el problema como lo que es, una enfermedad, un desequilibrio en el organismo que afecta tanto a lo emocional como a lo físico.
Conozco la dureza del que camina al lado... pero, de momento, aún me es imposible ponerme en la piel del propio alcoholico. Creo que de tan horroroso que siento que es, ni tengo fuerza para intentarlo.
No soporto el olor a alcohol. Nunca bebo y de hecho no me gusta ninguna bebida alcoholica. Imagino, que esto tambien es producto de la experiencia vivida. Pero no soy nadie para juzgar, porque la vida es larga y nunca se pude hablar demasiado.
Un abrazo Pitxi,
Agatha Blue*
Entiendo lo que comentas Agatha, y no quisiera que nadie interpretara el "relato", como algo frivolo, no lo es, tb he tenido alguna que otra experiencia seria con el alcoholismo y se que no es un tema para tomarse a la ligera, en este caso es una circunstancia mas, relevante, pero no deja de ser una circunstancia dentro de la historia, no todo serian amorios en el abecedario, no???
un beso Agatha!!!
juas!! se me fue la luz comentando y ya ni me acuerdo lo que puse.
Bueno, que ami me parece que el tema está bien tratado y no es ofensivo.
El relato me sigue gustando niño, muy bueno.
Besoss^^
Al igual que Agatha Blue, tengo una persona próxima con ese problema, muy serio problema, y es horrible.
Yo creo que sí se frivoliza, pero no en este relato, sino en la sociedad en general, pues deberían hacer lo mismo que están haciendo con el tabaco, hacer ver a la gente que no es una costumbre social, sino un veneno mortal.
Pero bueno, a mi me parece perfecto haberlo incluido en esta serie de historias, es un problema de una persona cualquiera.
La historia comienza a abrirse hacia lugares más oscuros... así es la realidad, aunque quiero pensar que también habrá sitio para el Amor, con mayúsculas :)
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